lunes, 10 de septiembre de 2012

oficios caninos:


Fuerzas Armadas, de seguridad e institutos penales:


El Ejército, al igual que la Marina y Aeronáutica Militar, Gendarmería, Prefectura Naval, policías oficiales y privadas, aduaneras, bomberos y el sistema carcelario vienen utilizando perros auxiliares desde hace muchas décadas.
 Son destinados a misiones de vigilancia, como rastreadores, en secciones anti motines y anti disturbios, en unidades de paracaidistas, represión de contrabando, custodia de delincuentes, etcétera. Por la diversidad de funciones que cumplen, estos perros son merecedores de una nota aparte y detallando sus cualidades mal conocidas. Entre las razas de más frecuente empleo se encuentran el ovejero alemán, el dogo alemán, el bóxer y, de reciente incorporación, el rottweiler y el schnauzer. No resulta raro que al cabo de 8 a 10 años de servicio, por el fuerte vínculo y el apego mutuo de los guías o instructores y sus canes, concluyan como perros de la casa del funcionario; dicha práctica se observa a nivel mundial, y a veces exige sortear los reglamentos y disposiciones burocráticas, prueba de la incondicional unión interespecies.


Detectores de minas y tracas deflagrantes


Entrenados para reconocer y memorizar el olor de los explosivos, los perros militares y de las brigadas específicas aprenden a señalar su presencia sin tocar el artefacto, por lo general echándose al suelo o girando alrededor.
 Es un trabajo perro-guía, donde se debe percibir la más sutil modificación del comportamiento del animal. Estos perros están acostumbrados a trabajar en ambientes de gran variación de luz, sonido y características atmosféricas.


Detectores de drogas y estupefacientes


Complementan los servicios de búsqueda y detección de sustancias químicas ilegales, en tráfico o almacenadas. Las diferentes policías y autoridades aduaneras los emplean porque, hasta ahora, ninguna máquina detectora ha superado el olfato canino. 
En España se usan con esta finalidad ovejeros alemanes, labradores, bloodhounds, beagles e incluso mestizos; en Estados Unidos, y Europa, cocker spaniels, bassethounds, setters y sabuesos especialmente adaptados. Tales perros, además de buen olfato, deben poseer un carácter con gran equilibrio nervioso. El guía ha de poder interpretar el menor gesto de su ayudante canino.



De alud y rescate de montaña


El perro de San Bernardo, con su barrilito de ron al cuello, pertenece a la leyenda, al ser superado por el ovejero alemán, pastor belga, beauceron y labradores. Se les efectúan controles periódicos de ritmo cardíaco y de ojos, para evitar la ceguera por la reverberación del sol sobre la nieve, y trabajan sólo hasta los 7 años de edad. El entrenamiento, de búsqueda y recompensa, consiste en hoyos -cada vez más profundos y en terrenos cada vez más extensos- donde se oculta el guía cubriéndose intencionalmente con nieve. 
El olfato, la intuición activada, el placer lúdico y afectivo del hallazgo, una golosina adicional, permiten el aprendizaje y el cobrar rastro y salvamento de desconocidos. Los equipos se destinan a estaciones de deportes de invierno o a bases de helicópteros. En 1986, el 30% de las víctimas de aludes en Suiza fue rescatada por perros.


Inundaciones y socorros náuticos


La especialidad, sin duda, la posee el terranova. Nadador espectacular, corpulento y resistente, este perro -dotado de un instinto de salvamento proverbial- está provisto de un pelaje impermeable que le permite soportar las aguas heladas. Su adiestramiento comienza en tierra y enseñándole a traer objetos; luego, en el mar, a recobrar pequeñas boyas, a "rescatar" al amo y a personas que simulan ahogarse. Las distancias se alargan paulatinamente, y se los anima a sumergirse desde alturas y terrenos escarpados.

Los ejemplares de su raza son capaces de tomar iniciativas, tienen en cuenta el sentido y potencial de las corrientes, dimensión de las olas y la posición de la víctima; poderosos, pueden llevar a dos personas mediante los anillos de su arnés o arrastrar un bote con diez hombres a bordo.

Los deportes náuticos y, particularmente, el windsurf pusieron de relieve la utilidad de estos canes; en 1985, en Francia, se creó la Federación Nacional de Perros Salvadores Náuticos, existiendo una veintena de equipos en las costas de ese país y que también secundan a los grupos de socorro en inundaciones, búsqueda de ahogados y temporales marítimos.


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